Viaje inolvidable en el Chepe |
Es una noche oscura, llegas a la central donde sale el tren El Chepe, hay mucha gente esperando a que llegue, todos vinieron de lugares distantes de la tierra, puedes ver desde italianos, franceses, ingleses, etc. por supuesto también de México, pero es que es un viaje muy gratificante, por ello todos quieren ir al tren El Chepe.
De pronto se escucha que llega el tren, sientes una gran emoción, de inmediato te formas, aunque como traes tu boleto no tienes ningún problema, pero tú eliges donde sentarte, vas llegando, te aproximas y ves al personal que parecen ser sacados de una historia antigua de la revolución mexicana, es muy agradable ver a la gente vestida así, te imaginas que vives otros tiempos, en eso subes y el vagón es muy amplio, los asientos aterciopelados, jamás creíste que fueran tan cómodos, en eso sube la gente y comienza el recorrido.
Es tan grandioso ver las rancherías y lugares tan tranquilos a través de la ventana, que por cierto es enorme, hay clima dentro del lugar, está siempre fresco, pero puedes salir afuera de los vagones y observar casi al aire libre, la vegetación, de hecho tienes que hacerlo, es genial.
Es muy temprano, aun estas muy cercas de las costas, tu mente se disloca, no quiere dejar de observar los paisajes que cambian repentinamente, vez pueblitos, de pronto hay un bosque de pinos verdes y se extiende a lo lejos una gran colina verde, por supuesto no puedes olvidarte de la cámara, se que extrañaras este lugar y al menos tendrás una foto de este paseo.
De pronto se ve un túnel, a tu lado observas como el tren entra a la oscuridad de un romántico túnel, pero luego ves como sucede lo mismo una y otra vez, pasan bosques, luego ves un desierto, luego lagos y ríos, en eso aparecen grandes montañas y cascadas de agua, arboles, campos de flores, pastizales donde habitan vacas, becerros, caballos, etc., luego, levantas la vista y ves hay una águila volando en el cielo y a lo lejos se ve una casa con una chimenea humeando, de seguro están preparan ahí rica comida de campo, tú dices.
El camino se extiende, dura muchas horas para tu deleite, pero quizás tienes hambre y te vas a comer rica comida en un elegante vagón, un restaurante donde te invito a que pruebes el chilorio, esta riquísimo, pero si quieres beber hay un bar, incluso ahí mismo puedes comprar recuerdos, como por ejemplo una gorra, pero que no se te pase tomarte tu café, que bellos momentos.
Por fin llegas a las barrancas del cobre, un lugar imponente, en la tarde se ven de un color rojizo, ves gente de piel color roja, los raramuris han hecho de este lugar su hogar por siglos, el tren se detiene por unos minutos, para que recorras un poco el lugar y comas algo o compres algún recuerdo.
Todo Chihuahua es hermoso, muchos se bajan en las barrancas del cobre y se hospedan en algún hotel, otros van bajando en varias comunidades más adelante, los europeos visitan estos lugares, porque encuentran paz en medio de la sencillez del campo, por cierto aquí habita una comunidad de gente albina, son muy conocidos por los quesos que preparan, se llaman los Menonitas, al parecer vienen de Canadá.
Al final, después de recorrer lugares maravillosos, cielos llenos de azul, nubes y sol, arboles, flores, animales y vegetación exótica, incluso quizás hasta viste lluvia y distintos climas, llegas a Chihuahua, una ciudad muy encantadora.
Hay mucha seguridad en el viaje, la gente es cordial y sencilla y como siempre el trato es una de las cualidades que mejor tiene este viaje, por muchas razones, tienes que viajar a las barrancas del cobre, en el majestuoso tren el Chepe.
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