martes, 6 de diciembre de 2011

La leyenda de santa Claus y la primera fábrica de juguetes.

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Nicolás, se establece en la casa de aquel hombre con el semblante fruncido, le dio un lugar donde dormir, claro en alguna esquina en el piso, cubierto con algunas cobijas, ahí dormiría este pequeño, a la mañana siguiente, después de desayunar algo rápido, de inmediato bajaron al sótano, ahí estaba el trabajo duro, pero para Nicolás, era un paraíso, donde su mente comenzó a divagar, rápidamente volvió a la realidad, cuando este señor le pide al niño, que comience a limpiar, pero como el pequeño no veía nada sucio ahí abajo, pues iba a limpiar arriba, pero estaba en un error, de inmediato, su cabecita chocó ligeramente, sobre una mesa con mucho polvo en su cara, aquel hombre le mostro la suciedad del lugar y le pidió que de inmediato se pusiera a sacudir, pues si ese polvo se levantaba, se estropearía la pintura o el barnizado de algún mueble.
El niño aprendía pronto, con el llevaba siempre su cuchillo, que anteriormente le pertenecía a su padre, con él, es que pudo hacer muchos juguetes para los niños del pueblo, entonces, ese mismo día,  este señor, que tenía carácter agrio, al ver que el niño traía un cuchillo, le pidió que se lo mostrara, debido a que no era de buena calidad, dijo entonces, “Este cuchillo, de ninguna manera tocara mi madera”, destruyo de inmediato el artefacto, el niño a su vez grito tristemente, a su vez pregunto cuál era el motivo, la respuesta, “Era de mi padre”.
Al día siguiente, comenzó a explicarle todo lo referente a la carpintería, el niño estaba más que contento, pero por las noches se quedaba despierto, el pequeño se ponía a fabricar los juguetes de sus amigos del pueblo, pues ya pronto seria navidad, el había comenzado una tradición, quizás para agradecer lo bien que lo habían tratado, mientras vivió en aquellas familias.
Uno de esos días, pregunto si podía ir a visitar al pueblo en navidad, lo cual tuvo una respuesta negativa, “De ninguna manera, se perdería todo un día, tenemos mucho trabajo que hacer,  no podemos dedicarlo a la holgazanería”, como sea, el niño haría el intento de escaparse, solo para llevar aquellos regalos.
Finalmente a pocos días de la navidad, mientras hacia los juguetes, sigilosamente bajo aquel señor y grito eufóricamente, “Me estas robando madera”…

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