lunes, 12 de diciembre de 2011

Pobre Nicolas, se quedó solo

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Una mañana mientras regresaba de sus tareas normales llegó a casa Nicolás, para su sorpresa se encontró en su camino, un carro muy elegante por cierto, imposible que fuera de Isaac, entró a la casa y ahí estaban dos hombres sentados, frente a ese hombre que tanto quería, que casi lo llamaba padre.
Eran sus hijos que deseaban llevarse a Isaac, a vivir con ellos, se habían equivocado, lo habían abandonado años atrás, quizás por eso, era Isaac, tan cruel y despiadado y odiaba tanto a los niños, pero Nicolás se  había encargado de ablandar su corazón.
Isaac llevó a Nicolás a un lugar donde solo ellos podrían hablar, le comentó que él quería irse con sus hijos, que el bien sabia, que el también lo consideraba como su propio hijo, pero que entendiera, “Comprende hijo mío”, llorando ambos, al final le entregó una llave, bajo su cama guardaba todo el dinero que había juntado en toda su vida, había vivido una vida miserable, sin necesidad, pero ese fue el regalo para Nicolás.
Nicolás quedó con su corazón triste, ese mismo día, mientras hacia la limpieza de la casa, se acordó del regalo de Isaac, para su sorpresa era mucho dinero, de inmediato pensó en regalos y regalos que podría dar a todos los niños, cada año, de pronto era el hombre más feliz de la tierra, los niños tendrían un regalo esta navidad y todos los años siguientes.



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