miércoles, 7 de diciembre de 2011

La leyenda de Santa Claus y la primer entrega de juguetes.

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La primer entrega de juguetes.

El niño estaba con sus ojitos cansados, pero seguia haciendo los regalos para la navidad que se avecinaba, tenian que estar listos para navidad, sin embargo, no se percató, que el señor, con el que estaba viviendo, lo estaba observando, de un salto, dejo caer el muñeco que estaba terminando, al caer se desprendió la cabecita de aquel muñeco, al escuchar “Me estas robando la madera”, el niño le contestó, pero es que son trozos que usted ha tirado a la basura, tan solo los estoy rehusando, entonces, el señor tomó la cabeza y el cuerpo del muñeco, “Muy bien, nada mal”, dijo entre dientes el señor y le pidió que trajera un clavo sin cabeza y pegamento, en un santiamén, el muñeco quedó como si nada hubiera pasado.
“Entonces habias planeado ir a escondidas al pueblo, en navidad”, el niño asumio con la cabeza, siguio platicando y dijo el señor este “Pero que manera de acabarse la vista, prende las velas y creo que puedes hacer estos muñecos en las tardes, de hecho yo mismo te ayudaré, es mejor a que te quedes aquí solo sin dormir”. El niño quedó feliz, jamas habia escuchado palabras dulces o bueno, amables de este señor, que tanto le temia, por su carácter frio y agrio.
A modo de dar gracias, el pequeño ayudó a que toda la casa estubiera limpia y ordenada, en eso llegó este señor, vio todo muy distinto a como era antes y dijo, “Pero como voy a encontrar algo en este lugar”, pareciera como si todo le molestara, en fin, el chico estaba feliz, habia logrado conseguir hacer los juguetes para sus amigos del pueblo.
Llego navidad, el niño salio al trineo y para su sorpresa, estaba ahí el señor, con una sonrisa, claro refunfuñó, “Pues que habias creido, sin mí te hubieras perdido en el bosque, hay mucho trabajo el dia siguiente”, así, comenzaron a entregar los juguetes, este señor, se sentia un poco incomodo, pues no encontraba el sentido de dejar juguetes en la oscuridad, a todas las casas, pero en fin todos los juguetes ya se habian entregado, pero faltaba uno, muy importante.

Nicolas le pidió al señor, que si lo llevaba a entregar el ultimo juguete, era para su hermanita Aída, que habia muerto años atrás en el lago. Llegaron y el niño dejó el juguete en el lago y dijo, “Feliz año nuevo Aída”, despues dijo “Feliz año nuevo señor”, pero este señor dijo, “No me llames así, desde hoy te llamaré Nicolás y tu debes llamarme por mi nombre Isaak”, entonces, finalmente dijo, “Feliz navidad Isaak”, e Isaak le dijo a niño, “Feliz navidad Nicolas”.
Esta habia sido la primer navidad, mas feliz de su vida, ahora sentia que realmente pertenecia a una familia.

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