Entonces sales de tu habitación y te diriges a la playa, la arena esta fría y tus dedos se hunden en la arena, las olas del mar alcanzan tus tobillos, luego se retiran tímidamente.
Tú de pronto te encuentras caminando solo, cercas de la espuma de mar, que viene y se va, tal vez llevas un reproductor de música o solo escuchas la radio, sintonizando tu música favorita y de fondo el sonido de las olas del mar.
Es el amanecer perfecto, el sol comienza a salir sigilosamente infiltrándose entre los edificios y habitaciones del hotel, donde te encuentras hospedado, observas como la luz del sol atraviesa las hojas de las palmeras y rodea todo lo que hay a su paso con un halito de luz.

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